lunes, 22 de enero de 2007

12

En busca de un amor

viaja la ilusión del navegante
entre el oleaje y la bruma,
en la búsqueda de un puerto
a donde pueda anclar
el palpite del gozo y la aventura.

Y allí...
Como un niño perdido
en medio de los sueños,
es un pasajero más
llevado de la mano por el tiempo.
Y ama a una mujer lo más que puede
para saciar su sed,
aquella sed infatigable.

Y de nuevo...
Iza las velas.
Y deja que el viento lo lleve a otro puerto.

En la bitácora de su corazón,
el puerto es una mujer.
Y el mar es todo lo que tiene.

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