domingo, 14 de enero de 2007

8

Sobre la tierra mojada
se ven las huellas que deja
la luna con su mirada.

Son gotas resplandecientes
en lo profundo de la noche
que dan las luces con que sueñan
los hombres y las mujeres.

Parecen candelitas que brotasen
a través del rocío.

En verdad son candilejas
que iluminan a los amantes
cuando estos se abrazan
y calientan el pasto verde.

A las gotas...
El viento las lleva rápido
y acarician los cuerpos
de los amantes cautivos
por una naturaleza virgen
que los envuelve en su manto.

Los ojos así se confunden
con las gotas de agua.

En estas noches de luna llena,
los ojos de la mujer:
¡Son dos brasas ardientes!
Los ojos del hombre:
¡Son cascadas de fuego!

Fuego que se mimetiza
con el brillo de la luna
cuando esta deja su estela en el rocío que cae.

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