viernes, 26 de enero de 2007

25

Danzan, danzan,
acariciando hojas y arbustos.
Deseosas del sol que veneran
están encantadas por la noche que llega;
mientras el sonido de la cascada
se confunde con el viento entre los arbustos
y las luciérnagas que iluminan a las sombras.
Infatigables,
reparten sus aromas
en los romances de parques.

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