viernes, 9 de febrero de 2007

55

Herir al viento
y acuchillar la luna.
Dejar una gota de sangre
en la sonrisa.
Cabalgar trás los ladridos
de los perros
y esparcir la sombra de la angustia.

Amordazar al sol en pleno día.
Secuestrarlo e impedir que deambule
dentro de su entorno.
Apuntalar el cauce de los ríos
con la sangre de sus víctimas.
Dejar que el rencor pise
el aliento de la vida.
Son los signos de un país que desangra
sino tenemos fuerzas para curar las heridas de
la luna
y...
despejar así
el firmamento de los bárbaros!

2 comentarios:

Catherine gomez dijo...

Esta muy bueno este poema como todos los demás, pero este en general me recuerda lo salvaje que el ser humano puede llegar a ser y la cruda realidad en que vivimos pero que aun así no la vemos

Anónimo dijo...

Gracias Cathica