viernes, 9 de febrero de 2007

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A Pablo Neruda

Cómo recrear el mundo con un verso
si está teñido de sangre.
La muerte que abriga a su corazón
es parecida a la del toro
cuando brota de su testa
y enloquece a la afición.
Es una muerte violenta.

Cómo escribir un verso
si está labrado con muerte
de muchos muertos anónimos
en un holocausto insensato.
Es un ave del averno
que bailotea y ríe
y enceguece a la luna
su luminosidad plateada
cuando el viento aúlla
y las sombras dejan ver
dentro de sus hendijas
a una luna triste
que llora por sus hijos
muertos.
Es un baile de agonía
en un estertor sin límites.
Es el océano escupiendo tempestades
de odios a través de las nubes.
Son trompetas hirientes.

Cómo escribir un verso
y recrear un mundo
cuando la muerte estila
sangre
y ronda enceguecida en cada hogar
durante esta larga noche
con sus pezuñas
diabólicas.
En la urdimbre de su laberinto
es una cloaca inmunda
de vicios y corruptelas
muy ataviada de pasiones.
-Aquellas pasiones vanas.
Es un potro salvaje
que trota despotricado.
A lo lejos no es más, que
una inmensa polvareda
recubriendo los caminos con tumbas.
Es como el noble bruto en la plaza:
Henchido de su fuerza animal
compite con el matador
la vida que juntos poseen.
A él, lo trajeron maniatado.
El torero, libre llegó.
Y nadie sabe el por qué
el matador quiere saborear
la quimera del triunfo;
mientras el público grita:
-¡Olé!
-¡Olé, torero!
Y la sangre salpica a la afición.
Y la polvareda que deja el potro
salvaje
es el capote que esconde
las dagas asesinas en esta noche
sin luna.
Y revolotea como pájaro.
-El pájaro de mal agüero.
¡Es una noche incierta
en que la vida es un azar,
y la muerte:
Cosa segura!

¡Cómo escribir un verso
lleno de paz y alegría,
florecido de humanidad;
si todavía no entendemos
que la polvareda dejada
por el potro salvaje
y la oscuridad del ave del averno
son el capote ensangrentado
que todos llevamos dentro!


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