viernes, 2 de febrero de 2007

39

Pintoreteadas, engañan sus edades.

Muy niñas sufren la miseria
lacerada de vicios
que la sociedad les da.

Juegan a hacer el amor
con hombres sin rostros.

Sus cuerpos apenas sienten
esas manos lascivas recorrer sus piélagos.

Retoñan muy rápido:
Hijas que seguirán sus senderos,
hijos que respirarán odios.

Abandonadas de sí mismas,
envejecen muy tiernas.

Sus vidas las juegan
en cuchitriles sin nombres,
pues desean salir afanosas
de la vida que llevan.

Terminan tiradas en cualquier callejón
muriendo las muertes que ellas vivieron.

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